Superficiales

¡Cuánto me gustaría ser un apocalíptico! Es tan simple.  Uno va y dice: "¡Cielos, qué horror! ¡El mundo actual es un desastre! ¡Igualito que antes, cuando éramos así y asá! ¡Todo el mundo es tan esto y tan lo otro! ¡Después de mí, el diluvio!, ¡etc!".  Pero parece que las cosas son un poco más complicadas.   Acabo de pasar las últimas páginas electrónicas de un libro interesantísimo sobre uno de los problemas principales de la cultura contemporánea: la influencia de las nuevas tecnologías en el cerebro humano.   

 

El autor, Nicholas Carr, que, según cuenta, no es sospechoso de ser un recalcitrante tecnofóbico, hace un repaso por otras máquinas que modificaron la mente (y por ende la vida) del ser humano, como el reloj o los mapas.  Basándose en serios estudios de campo, se pregunta cómo y cuánto está cambiando nuestra manera de leer, de escribir, de investigar, de concentrarnos... a partir de la generalización de internet en esta primera década del siglo XXI.  Los resultados son, por lo menos, inquietantes.  Ganamos información, velocidad, flexibilidad, pero estamos perdiendo la paciencia, la profundidad, la memoria, la constancia, puede que la creatividad, incluso la atención.  O sea, que, como siempre, cualquier avance técnico acarrea consecuencias buenas y malas.  El día que se comenzó a usar el arado, se empezaron a debilitar los brazos; con los primeros zapatos, los pies se hicieron más sensibles...

 

Así que lo que toca es aceptar lo que viene y procurar no perder lo que no queramos perder.  En algún momento del libro se habla de que estamos delegando demasiado pensamiento en las máquinas y esto puede llevar a cualquier cosa no muy buena.  Podríamos acabar con una inteligencia artificial de mayor calidad que la natural y a partir de ahí, bueno, pues ya lo dijeron Asimov y Matrix y Kubrick.  Aunque a lo mejor todo esto no es más que otra hipérbole apocalíptica, de esas que luego acaba en agua de borrajas, como pasó con la imprenta, el tren de vapor o los libros mismos, que Sócrates consideraba una herejía que iba a acabar con el pensamiento y la memoria.  

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    miguel (viernes, 27 noviembre 2015 19:31)

    Ya tengo conversación y polémica aseguradas este domingo (el sábado es día de lectura) con mis hijos adictos a la tic (ellos dicen que controlan).

  • #2

    Karol Engel (miércoles, 01 febrero 2017 12:15)


    Hi! I know this is kind of off topic but I was wondering if you knew where I could get a captcha plugin for my comment form? I'm using the same blog platform as yours and I'm having trouble finding one? Thanks a lot!