
Durante el pasado siglo se mantuvo viva una polémica en torno a la utilidad de la poesía: desde los que, como Gabriel Celaya, afirmaban que "la poesía es un arma cargada de futuro" hasta los que propugnaban, como Valéry, Juan Ramón y otros, una poesía pura, ajena a los vaivenes de la historia e incluso de cualquier referencia a la realidad. Quizá el problema radique en que estamos haciendo la pregunta incorrecta. No se trata tanto del "para qué", sino del "por qué"; qué mueve al ser humano a cantar sus penas y sus alegrías, qué ínfimo, pero íntimo consuelo encuentra en verbalizar lo que siente y lo que piensa. De cualquier manera, conviene recordar lo que dij el rumano Mircea Catarescu: “Un poeta malo no hace daño a nadie. No pone bombas ni insulta a la gente”.
Hay momentos en la historia en los que pasan cosas que sobrepasan nuestra anestesiada capacidad de sorpresa e indignación y la poesía surge irremediablemente, como último recurso, como contrapeso al dolor, como anestesia al menos. La reacción del gobierno israelí al atentado de Hamás del 7 de octubre de 2023 parece ser una de ellas. Lo llamemos como lo llamemos, casi nadie parece estar de acuerdo con lo que allí está sucediendo (ni con lo que lo causó). La ONU habla de genocidio y no seré yo quien ponga el término en duda, pues no manejo la información necesaria para usar cualquier otro sinónimo atenuante.
Así las cosas, hace poco, gracias a Javier Cercas en El País, conocimos el libro del que quiero hablarles: Il loro grido é la mia voce. Poesie da Gaza. Se trata de una antología de poesía escrita en aquella castigada franja, cuyos autores o viven fuera de la zona, o aún continúa allí, en medio de los bombardeos o, incluso, han perdido la vida a causa de estos. Los poemas son intensos, cargados a veces de una amarga ironía, pero siempre conmovedores.
Preceden a los textos pequeñas notas biofráficas de los autores y varios prólogos, entre los que destaca el de Ilan Pappé, profesor israelí de la universidad de Exeter, cuya Breve historia del conflicto entre Israel y Palestina, les recomiendo encarecidamente. En una de esas notas nos informan del caso de Daree Tatour, poeta que fue juzgada por terrorismo basándose en un poema traducido por un policía y analizado con los inexistentes conocimiento sobre teoría literaria de un juez.
Quienes hemos paseado por Israel y Cisjordania hemos palpado la tensión en cada gesto, en cada frase, en cada esquina. Los guías no desperdiciaban ninguna ocasión para menospreciar al pastor palestino que nos cruzábamos por el desierto o para alabar la higiene natural de la comida kosher. Una muchacha de bachillerato controlando el acceso a Belén, armada hasta los dientes mientras chequeaba distraídamente las redes sociales en un móvil o aquella parejita de uniforme cenando en la calle una hamburguesa, la cual apoyaban sobre un fusil TAR-21 de 5,56 mm., fueron algunas de las imágenes que no podré borrar de mi memoria.
Pero dejemos los souvenires, las polémicas semánticas o políticas y demos paso a la voz de los/as poetas. Les traigo aquí una ínfima muestra que he traducido a medias del original árabe y de la traducción al italiano. Ya saben que no soy traductor, pero estudié árabe en mis tiempos mozos y el italiano, para quienes hemos cursado tantos años de latín, es una lengua hermana bastante accesible. Espero que les gusten y que les animen a comprar el libro, que destina 5 euros del precio a la asistencia sanitaria en Gaza.
Para escribir poesía que no sea política
debo escuchar a los pájaros
y para oír a los pájaros
deben callar los aviones.
Marwan Makhoul
18/10/2023
Nuestra foto de familia: un saco de cascotes, un montón de ceniza,
cinco sudarios de diferentes tamaños, envueltos uno al lado de otro.
Las fotos de familia de Gaza no son como las demás,
pero están juntos y juntos se fueron.
Heba Abu Nada (1991-2023)
La niña a cuyo padre han matado
mientras cargaba un saco de harina
sobre su espalda
seguirá degustando
la sangre de su padre
en cada pan.
24/3/2024
Y el dolor tampoco
abandona a un hombre hambriento
que recoge granos de arroz
de la tierra.
Recuerda como recogió los restos de su hijo hambriento
en una bolsa.
Haidar al-Ghazali
¿Qué significa estar seguro en tiempo de guerra?
Significa avergonzarse
de tu sonrisa,
de tu calor,
de tu ropa limpia,
de tus horas de aburrimientos,
de tu bostezo,
de tu taza de café,
de tu sueño tranquilo,
de tus seres querido que siguen vivos,
de tu saciedad,
de tu agua disponible,
de tu agua limpia,
de tu posibilidad de hacer un dulce
¡y del azar que te permitió vivir!
Dios mío,
no quiero ser poeta en tiempo de guerra.
Hend Joudah