Lo que el cerebro nos dice

Impresionante este libro de Vilayanur S. Ramachandran, Lo que el cerebro nos dice.  No sé ni por dónde empezar a elogiarlo.  Partiendo de la pura neurología (en ocasiones resultan áridos tantos axones, circunvalaciones angulares y amígdalas), le mete mano a asuntos tan espinosos y evasivos como la sinestesia (de la que ya les hablé otro día) el origen del lenguaje, la esencia del yo o algo que podríamos llamar "neuroarte".  Sus propuestas de explicación son valientes y en ocasiones, más esbozos, incursiones y premoniciones que otra cosa.  Por ejemplo, coloca sobre el tapete ideas tan interesantes como que a veces nos gusta una obra de arte de la que decimos que no nos gusta.  O que el lenguaje humano se originó por mímesis de movimientos de manos y boca.  Especial interés tiene el último capítulo, dedicado a intentar acercarse a la esencia de eso que llamamos "yo".  Para ello presenta casos de pérdida parcial y patológica de la identidad, como la anosognosia.  Consciente de ello, valga la paradoja o la redundancia, el autor dice: "Nos desviamos hacia la metafísica --con el riesgo que implica--, pero en tanto que seres humanos no podemos evitarlo".  El esbozo de conclusión al que llega es que la conciencia de uno mismo, el yo "consta de muchas hebras, cada una de las cuales se puede desenredar y estudiar mediante experimentos".  Somo más bien un cúmulo de funciones estructuradas, una cooperativa de diversas zonas del cerebro.

La neurociencia está en pañales, como la química en el siglo XIX.  En aquel entonces se planteó la existencia de una sustancia misteriosa, el flogisto, que parecía explicar las interacciones químicas, pero luego se desechó el concepto: "¡Esperemos que el yo no sea como el flogisto!".

 

Escribir comentario

Comentarios: 0