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La Secretaría de Estado para la Cultura publicó los resultados de la encuesta sobre hábitos lectores de 2017.  Siempre me gusta moverme por esa selva de gráficos y porcentajes a ver si encuentro alguna pepita de oro.  He aquí la más llamativa.  En un dato pequeñito que hay abajo a la izquierda en la página 124, se recoge que el 19,1 % de los niños de 10 a 14 años ha salido de copas en el último mes.  ¿No es revelador este dato?  Apenas me cuadra con el 98,8 % que dice haber leído un libro en ese mismo periodo.

 

El estudio ofrece más datos interesantes para docentes, familias y escritores/as.  El más interesante (y no sorpresivo) es que los jóvenes de 14 a 18 años invierten el 99,7 % de su tiempo en internet en mensajería instantánea.

 

El índice de lectura de libros es de 86,4 % en los jóvenes hasta 24 años, más de 20 puntos  que la gente de 40 para arriba, quienes no nos podemos mojar la barriga, pero que estamos todo el santo día hablando del apocalipsis cultural que se avecina.  Y las mujeres, por supuesto, leen un 10% más que los hombres, cosa que no me extraña lo más mínimo.  En la infancia niños y niñas se mantienen más o menos a la par, pero conforme avanza la edad, ellos se escoran más hacia el fútbol (supongo) y ellas mantienen alta la bandera de la cultura, hasta el punto de que hay más mujeres lectoras de 45 a 54 años que niñas.

 

El libro más leído en 2017 ha sido Patria, de Fernando Aramburu, quien, como autor, ha quedado en tercer lugar, pero cuatro por delante de la autora de Harry Potter, que todo hay que decirlo.  Y yo que me alegro. Viva la Patria.

 

Andalucía sigue por debajo de la media en casi todos los parámetros, pero mejorando un 10,1 % desde 2010 en "lectores de libros en tiempo libre", mientras la media de España sólo ha crecido un 3,1 %.  Menos da una piedra.

 

Quienes leemos en formato papel y digital leemos cinco libros más al año que quienes sólo lo hacen en papel.  Por cierto, en las poblaciones pequeñas crece el número de lectores digitales, que no pueden acceder a puntos de venta especializados.  Ni que decir tiene que los lectores de libros digitales han crecido desde un 47,8 % en 2010 hasta un 76,3 en 2017, aunque el total de lectores/as que usamos ambos medios seguimos siendo un cuarto del total.

 

Entrando ya más en materia literaria, vuelve a ganar por goleada la narrativa (novela y relatos) con un 62,9 %, frente a los pírricos 3,6 % para el ensayo,  1,1 % de poesía y 0,2, % para el teatro.  El único rayo de luz que nos queda a los poetas es que en 2012 leía poesía sólo el 1 %.  Ese 0,1 de incremento alguien tendría que enviárselo (vía güija) al amigo Bécquer:

 

    No digáis que, agotado su tesoro,

    de asuntos falta, enmudeció la lira;

    podrá no haber poetas, pero siembre

    habrá poesía.