Fluir

A este libro llegué por referencias que encontré en El elemento, de Ken Robinson.  No se trata de un libro de autoayuda al uso, sino la presentación amena y rigurosa de un enorme estudio sobre "una psicología de la felicidad", que es el subtítulo.  Se ha preguntado sistemáticamente a cientos de personas de distintos países, edades y clases sociales, qué los hace felices y cuándo.

 

La felicidad ha tenido muy mala prensa entre los filósofos e intelectuales, sobre todo los alemanes y los franceses, proclives al existencialismo, al oscurantismo terminológico y al mamotreto.  Se consideraba que la felicidad era cosa de niños y de americanos, que la habían incluido en su constitución y todo.  Europa, arrasada por dos guerras mundiales y feroces dictaduras de distintos signo, no podía regresar a la inocencia.  Y es cierto.  La propuesta que hacen Mihaly Csikszentmihalyi  (puf, lo escribí) y otros como Matthieu Ricard propone abordar el asunto desde la ciencia o desde las tradiciones orientales (o desde ambas juntas). 

 

Mientras leía Fluir, he pensado a veces que todo era impecablemente perogrullesco.  Los testimonios eran claros y previsibles, pero una vez unidos, explicados y puestos en común, conforman un estudio impresionantemente obvio de la alegría de vivir.

 

No puedo dejar de comentar un capítulo dedicado a los amateurs, esas personas que hacen lo que hacen porque les gusta, no porque les proporcione recompensas de ningún tipo.  En la lista de aficionados ilustres hay un médico llamado Galileo, un cura llamado Mendel, un funcionario llamado Lavoisier y un registrador de patentes llamado Einstein: "Estos y muchos otros grandes científicos que podrían mencionarse fácilmente no se sentían incapacitados en sus pensamientos porque no fueran "profesionales" en su campo, figuras reconocidas.  Simplemente hicieron lo que les gustaba hacer".

 

Les dejo algunas citas para que caten el producto:

- "Lo que "descubrí" es que la felicidad no es algo que sucede.  No es el resultado de la buena suerte o del azar.  No es algo que pueda comprarse con dinero o con poder.  No parece depender de los acontecimientos externos, sino más bien de cómo los interpretamos.  De hecho, la felicidad es una condición vital que cada persona deber preparar, cultivar y defender individualmente". 

Esto me recuerda aquel poema de Benedetti que cantó Serrat.

 

- "Cómo nos sentimos, la alegría de vivir, dependen en último término y directamente de cómo la mente filtra e interpreta las experiencias cotidianas".

 

- "...mientras que la humanidad ha incrementado colectivamente sus poderes materiales cientos de veces, no ha avanzado mucho en términos de mejorar el contenido de su experiencia".

 

- "Y el gran emperador Marco Aurelio escribió: "Si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas.  Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo"".

 

- "Cientos de veces, cada día nos acordamos de la vulnerabilidad de nuestra personalidad.  Y cada vez que esto sucede la energía psíquica se pierde tratando de restaurar el orden de la conciencia.  Pero en el flujo no hay lugar para el escrutinio de uno mismo".

 

- "¿Y por qué una persona disfrutará incluso aunque esté en un campo de concentración, mientras que otro consigue aburrirse estando de vacaciones en un lugar fantástico?"

 

- "La riqueza de opciones que hoy tenemos a nuestro alcance ha extendido la libertad personal hasta un grado inconcebible hace cien años.  Pero la consecuencia inevitable de poder realizar tantas elecciones atractivas es la incertidumbre de propósito; la incertidumbre, a su vez, mina la resolución y, al carecer de resolución, acabamos por desvalorizar la elección".

 

- "El futuro -escribió C. K. Brightbill- pertenecerá no solamente al hombre instruido, sino al hombre que haya sido educado para usar su ocio sabiamente".

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Comentarios: 1
  • #1

    ふぃな (jueves, 22 mayo 2014 23:15)

    Mil gracias por compartirlo